Esquines: Sobre la embajada fraudulenta

Respuesta al discurso de Demóstenes con el mismo título, en el que acusaba a Esquines no sólo de haberlo hecho mal durante la embajada enviada a Filipo II, sino de haber sido sobornado por el rey macedonio.

La segunda mitad del año 346 aC fue un período contradictorio para Atenas. La paz con Filipo seguía su camino, y el macedonio envió una carta a los atenienses, leída en la Asamblea, en la que se comprometía a ofrecerles beneficios si le hacían saber lo que quería. Pero a los pocos días llegó la noticia de la rendición de la Fócide, y el pánico volvió a extenderse en Atenas, alimentado por Demóstenes y el resto de los antimacedonios. Filipo seguía apoyando a los tebanos, y había tomado las Termópilas. Finalmente, después del fin de la Tercera Guerra Sagrada, incluso Demóstenes aconsejó mantener la situación, con su discurso Sobre la paz.

A finales del 344 aC, se organiza la marcha de Demóstenes al Peloponeso en busca de aliados. Al año siguiente, Filipo intenta una aproximación enviando a Pitón de Bizancio, pero la iniciativa fue rechazada, a pesar del apoyo de Esquines. Ese mismo año, Hiperides llevó ante la justicia al gran filomacedonio, Filócrates, con cargo de corrupción: haber sido sobornado para proponer decretos contrarios a la ciudad.

Demóstenes pensaba que Atenas se había equivocado al confiar en Esquines y quiso llevarlo ante los tribunales para probar que su política no había sido errónea, sino corrupta. Además, Demóstenes podía tener una intención oculta: defender su propia actuación durante la embajada, que tal vez se viera como contraria a su trayectoria antimacedonia. Así que en el mismo año 343 aC, Demóstenes reabrió la causa que había comenzado en 346 aC por la rendición de cuentas de la embajada.

Para Esquines, es necesario mantener la paz a toda costa, porque Atenas ha conseguido sus mayores triunfos mientras gozó la paz. Esta máxima atraviesa todo el discurso. Su respuesta es contundente, y refuta punto por punto todas las acusaciones de su enemigo político, esforzándose por dejar en evidencia los flancos débiles de su exposición.

Esquines sigue un orden cronológico en su exposición, lo que le permite aclarar las posibles sospechas de su actuación, aunque nunca llega a explicar la razón última. Buscaba la claridad material de lo sucedido, como mejor medio de defenderse de las acusaciones más abstractas de Demóstenes. Ésta es la estructura del discurso, con los números de los epígrafes:
  • Proemio (1-11). Solicitud de buena disposición a los jueces (1-2). Las acusaciones más temerarias y extravagantes de Demóstenes (3-6). Plan de su discurso y censura del caos del de Demóstenes (7-11).
  • La primera embajada (12-96). Narración de hechos: negociaciones en relación con un posible tratado de paz (12-19); viaje de ida a Macedonia (20-21); estancia en Pela (22-39); viaje de regreso a Atenas (40-43); presentación de informes ante el Consejo y la Asamblea (44-55). Refutación de interpretaciones: sobre las sesiones de la Asamblea habidas en relación con la paz (56-80); sobre el abandono de Cersobleptes (81-93); sobre la tercera embajada (94-96).
  • Segunda embajada (97-143). Narración de hechos: viaje de ida a Macedonia (97-100); estancia en Pela (101-118); reflexión final (118). Refutación de interpretaciones: no hizo a los atenienses promesas falsas de parte de Filipo (119-120); no hubo complot con Filócrates en contra de Demóstenes (121-123); no contactó secretamente con Filipo (124-129); no fue responsable de la ruina de la Fócide (130-143).
  • Otras refutaciones particulares (144-170). Respuesta a los insultos contra su reputación y la de su familia (144-152). El episodio de la mujer olintia (153-158). Resumen de acusaciones y refutaciones (159-163). Aparente variabilidad en su línea política (164-166). Calumnias contra sus prestaciones militares (167-170).
  • Epílogo (171-184). Preámbulo (171). Arqueología de la paz (172-177). Súplica de absolución (178-184).

Finalmente, Esquines salió absuelto del proceso, pero por un escaso número de votos. Este desenlace pone de manifiesto la indecisión política de los atenienses del período sobre la conveniencia de aliarse con Filipo.

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