Anaxímenes de Lampsaco y la Retórica a Alejandro

Sabemos muy poco de este rétor e historiador, y la mayoría a través de referencias de otros autores.

Su vida se extendió durante el siglo IV aC, aproximadamente entre el 380 y el 320 aC. Contrario a la escuela de Isócrates, habría escrito su propia Helena, aunque de carácter más apologético que encomiástico, a diferencia del discurso de Isócrates.

También trabajó como logógrafo, y una referencia de Ateneo lo hace creador del discurso de acusación contra la hetaira Friné, que sería defendida por Hiperides con aquella famosa anécdota del desnudo frente a los jueces.

Escribió una historia de Grecia, que abarcaba desde el origen de los dioses hasta la batalla de Mantinea (632 aC), y una Filípica, historia sobre Filipo II de Macedonia. Fue uno de los favoritos de Alejandro Magno, a quien acompañó en sus campañas por el Imperio Persa. Hostil hacia Teopompo, publicó un libelo paródico bajo su nombre, imitando su estilo y atacando a Atenas, Esparta y Tebas.

Algunos estudiosos creen que tanto la carta de Filipo transmitida dentro del corpus demosténico como la respuesta a la misma, son obra de Anaxímenes.

Retórica a Alejandro

Atribuida durante mucho tiempo a Aristóteles, hoy la mayoría de estudiosos la consideran obra de Anaxímenes de Lampsaco. Seguimos para esta obra la edición de la Universidad de Salamanca, a cargo de José Sánchez Sanz.

Se trata de un manual de teoría retórica del siglo IV aC. Su autor dice haberse basado en la Techné de Corax y en la Teodectea de Aristóteles, aunque esta última se publicó de forma bastante tardía, y parece claro que en realidad se basó en Sobre la retórica, obra también aristotélica y cuya estructura sigue en parte. Pero al contrario que Aristóteles, el autor de esta obra casi no usa ejemplos para ilustrar sus preceptos.

El esquema de la obra, según la división tradicional de capítulos, queda como sigue:
  • Capítulos 1-5: Clasificación de la oratoria en tres géneros (deliberativo, epidíctico y judicial) y definición de sus siete tipos, llamados especies (suasoria, disuasoria, encomiástica, reprobatoria, acusatoria, defensiva e indagatoria). Se tratan los argumentos más utilizados en cada especie retórica, como los recursos de las especies suasoria y disuasoria (lo justo, lo legal, lo conveniente, lo noble, lo grato, lo fácil, lo posible y lo necesario, todos ellos obtenibles a partir de lo semejante, lo contrario y lo ya sancionado), diversos temas de deliberación (celebraciones religiosas, leyes y constitución, alianzas, guerra y paz, recursos financieros para el erario público) o la amplificación y la minimización de las especies encomiástica y reprobatoria).
  • Capítulos 6-28: Recursos retóricos. Los capítulos 6-22 son los usos (llamados «tópicos» por Aristóteles), con la argumentación en los capítulos 7-17 y dividida entre argumentos propios (lo probable y su división, los ejemplos, las deducciones, los entimemas o consideraciones, las sentencias, los indicios y la refutación) y argumentos aportados (opinión del orador, testimonios, declaraciones mediante tortura y juramentos). A partir del capítulo 18 se ocupa de la anticipación (críticas de los oyentes y los oponentes), de las súplicas, de los modos de recapitular (reflexión, enumeración, resoluciones, interrogación e ironía), de la expresividad y de la extensión del discurso. Los capítulos 23-28 tratan del estilo: composición nominal, expresión desdoblada (referido a oración bimembre) y claridad (ambigüedad, hiato, artículos, combinación de palabras, partículas conectivas), antítesis, parisosis (equivalencia entre miembros de oración que no son ni semejantes ni opuestos) y paromeosis (una parisosis con rima o finales equivalente).
  • Capítulos 29-37: Partes del discurso. Para cada una de las especies definidas anteriormente. define un proemio (que anticipa el asunto, reclama la atención y capta la benevolencia), una narración, su confirmación, los razonamientos contra el adversario y la recapitulación.
  • Capítulo 38: Apéndices. Por un lado un apéndice ético, que trata de la adecuación de la vida del orador a estas doctrinas, y por otro un apéndice que realiza un resumen de algunos aspectos tratados al inicio de la obra y que es considerado una compilación posterior.
No parece que esta obra tuviera un gran impacto en los estudios retóricos posteriores, y es muy posible que solo se haya conservado por creerse que estaba escrita por Aristóteles.

Un par de citas interesantes:

«Lo mismo que te afanas en llevar una vestimenta más hermosa que el resto de los hombres, así también has de procurar que tu capacidad oratoria sea lo más distinguida posible, ya que es mucho más noble y más regio tener buen cuidado del alma que del atavío del cuerpo».

«El pueblo, siendo dueño de dar honores a quienes quiera, no recelará de aquellos que los reciban, y las personas notables ejercitarán más sus buenas cualidades si saben que la estima de los ciudadanos no dejará de aprovecharles».

No hay comentarios:

Publicar un comentario