Platón: Teeteto

Diálogo que trata de la naturaleza del saber. Se entiende que es posterior al Parménides, pues el personaje de Sócrates menciona la ocasión en que conoció a Parménides y Zenón, un encuentro ficticio que únicamente puede hacer referencia a dicho diálogo. Por otra parte, que el diálogo finalice porque el personaje de Sócrates deba dar cuenta de su acusación, y en el Sofista su interlocutor le recuerde la conversación interrumpida, nos da la situación concreta de este diálogo dentro del corpus del autor.

Omitiendo las largas e importantes digresiones, los personajes del diálogo tratan de dar una definición del saber: «la ciencia es percepción», «la ciencia es juicio verdadero», y «la ciencia es juicio verdadero acompañado de explicación» son algunas de las tentativas. Pero ninguna de estas definiciones contenta a Sócrates, lo cual deja el diálogo con un final aporético digno de la primera etapa de su autor, pues nada se ha hecho salvo probar que la ciencia no consiste en las sensaciones, ni tampoco en el juicio.

Éste es el resumen de la obra, señalando los epígrafes de los manuscritos, que van del 142 al 210:
  • 142-143d - Introducción: Euclides y Terpsión se encuentran e intercambian observaciones sobre la reciente batalla de Corinto, y sobre la suerte corrida por Teeteto, eminente matemático. Entonces Euclides pide a un esclavo que lea un manuscrito en el que tiene registrada toda la conversación mantenida tiempo atrás por Sócrates, el matemático Teodoro de Cirene y Teeteto, entonces su joven alumno. Ocupa el resto del diálogo la narración de este encuentro, ocurrido justo en el día en que Sócrates debe rendir cuentas por la acusación de Melito.
  • 143e-151c - Segunda introducción. Sócrates pregunta a Teodoro por algún joven notable, de entre los alumnos que con él están. El matemático le presenta a Teeteto como un dechado de virtudes, y Sócrates se interesa por saber cómo definiría el joven la ciencia, pues él lo ignora. En un primer momento, Teeteto responde que todo lo que puede aprenderse es ciencia, incluyendo todas las artes y oficios, pero Sócrates le indica que confunde la lista de las ciencias con su definición. Como el joven cree que no será capaz de satisfacer la pregunta, Sócrates inicia un largo monólogo en el que, comparándose con una partera, dice ser capaz de extraer la sabiduría de las personas.
  • 151d-186 - Primera definición: el saber es percepción. Se trata de la filosofía de Protágoras, que unía la inteligencia a lo recibido por los sentidos («el hombre es la medida de todas las cosas»). Sócrates achaca entonces a esa descripción precisamente su relativismo (pues la ciencia dependería de cada hombre, e incluso del estado del hombre y sus circunstancias), que por si fuera poco niega al hombre el conocimiento que reside en la memoria (recordar no es sentir, y por tanto no es ciencia). Por otra parte, que cada cual tenga una opinión, hace que bajo este supuesto no existiera la verdad o la justicia. El diálogo avanza a trompicones y a base de largas digresiones, comparando por ejemplo la doctrina de Heráclito («todo fluye, nada permanece») con el conocimiento según Protágoras.
  • 187-210 - Segunda definición: el saber es el juicio verdadero. Sócrates intenta entonces saber qué es un juicio falso, pero sin llegar a un resultado satisfactorio trata de describir el saber por medio de una analogía. De vuelta al tema, el filósofo alega que es posible dar un juicio verdadero sin poseer la ciencia que debería aplicarse. Entonces Teetetes mejora su definición: la ciencia es juicio verdadero acompañado de una explicación; lo que no puede explicarse, estaría fuera de la ciencia. Es decir, el saber reside en el razonamiento. Sócrates alega el siguiente ejemplo: la sílaba (un compuesto) puede explicarse por medio de sus letras (elementos), pero éstos no pueden a su vez ser explicados, pues no hay elementos menores. La sílaba entraría así en la ciencia, pero no la letra, lo cual es absurdo. Intenta entonces definir concretamente el sentido de «explicación» (lógos): expresar el pensamiento, analizar, o bien discriminar objetos. Ninguno de ellos sirve a la definición de ciencia como «juicio acompañado de explicación», por lo que se deduce que esto también es falso. En definitiva, Sócrates cierra su conversación sin haber llegado a resultado alguno.

2 comentarios:

  1. Excelente tu resumen. Muchísimas gracias por tu aporte!!

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    1. Nos alegra que los lectores lo disfruten. ¡Gracias por comentar!

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