Iseo: Sobre la herencia de Hagnias

Hagnias, hijo de Polemón y nieto de Hagnias, partió como embajador junto al rey de Persia (probablemente en 396 aC), siendo apresado por el general lacedemonio Fárax y conducido a Esparta, donde fue condenado a muerte. Antes de su muerte había adoptado a su sobrina (hija de su hermana), pero según el orador de este discurso en su testamento había consignado también que si a ella le sucedía algo, heredara Glaucón, su hermano por parte de madre. El fallecimiento de la niña desencadenó una larga batalla legal por la fortuna.

Presentó una demanda de adjudicación Eubúlides, como primo segundo del difunto (por su padre) y también primo hermano (por su madre). Murió sin terminar el pleito, que fue continuado por su hija Filómaca. Ésta logró la nulidad del testamento presentado por Glaucón y, haciendo valer la línea paterna, logró la adjudicación. A continuación, Estracio, Estratocles y Teopompo, primos segundos del difunto, intentan una acción conjunta contra Filómaca (aunque los dos primeros mueren antes de presentar la demanda, y Teopompo continúa el proceso solo).

Filómaca pierde la fortuna ante la acusación, vertida por sus adversarios, de ilegitimidad de su abuela (también llamada Filómaca). Un cotutor del hijo de Estratocles intenta ahora una acción pública contra Teopompo (el otro cotutor del niño), acusándolo de maltrato a su pupilo, pues sostiene que ha sustraído a su sobrino la mitad de la herencia de Hagnias. El presente discurso es la defensa pronunciada por Teopompo ante el grave delito que se le imputa.


Iseo acude a la ley para demostrar que al niño no le asiste ningún derecho sobre la fortuna de Hagnias, pero lo hace eludiendo el hecho de que a su cliente le niega ese derecho la misma ley. También advierte a los jueces sobre la dudosa intención con que sus adversarios han promovido una acción pública o criminal contra Teopompo, en lugar de una acción privada y hace ver que, en lo que a los bienes propios del huérfano respecta, no ha incurrido en ninguna falta y, en lo relativo a la herencia de Hagnias, resulta inverosímil que llegara a un acuerdo con su hermano o con su sobrino para compartir la fortuna. La comparación entre el patrimonio personal del huérfano y el de Teopompo queda como última argumentación del discurso, ya que su final no ha sido conservado.

Parece ser que este discurso no cerró la lucha por la herencia de Hagnias. Contra Macártato, falsamente atribuido a Demóstenes, permite conocer los hechos posteriores: Teopompo ganó este juicio y a su muerte su herencia pasó a su hijo Macártato, pero Filómaca entregó a su hijo Eubúlides (III) en adopción póstuma a su padre (Eubúlides (II)), y así, el padre natural del niño, Sosíteo, acudió nuevamente a los tribunales reivindicando la herencia para Eubúlides (III), en su nueva condición de hijo de primo hermano del difunto.

Jenofonte: Helénicas (II)

Cotinuamos el epítome de esta obra de Jenofonte, cuyo análisis pueden ver junto al resumen de los libros I y II. Como allí, en el presente resumen separamos los epígrafes contenidos en cada libro. Nos encargamos de los libros III-IV, dejando los otros tres para una entrada posterior.

Libro III
Refiere los acontecimientos comprendidos entre el año 401 y el 395 aC. Ocupan lugar preferente las campañas de Tibrón y Dercílidas en Asia Menor contra Tisafernes y Farnabazo, la muerte de Agis y la elección de Agesilao, las campañas de Esparta contra Élide, la conspiración de Cinadón, el envío de Agesilao y Lisandro a Asia Menor, la batalla del río Pactolo y la ejecución de Tisafernes, y la coalición contra Lacedemonia y las consiguientes maniobras tebanas.
  • Ciro solicita el apoyo de Esparta, y se envía a Samio como navarca. Al costear Cilicia, Ciro logra que no puedan hacerle frente al marchar contra su hermano (lo cual se cuenta en la Anábasis). El rey persa envía a Tisafernes a ocuparse de las ciudades jonias, que piden ayuda a Lacedemonia. Es enviado el harmoste Tibrón con un fuerte contingente de tropas, y cuando regresan los supervivientes de la expedición de Ciro y se unen a él, toma diversas ciudades. Sin embargo, al no poder hacerse con Larisa, es enviado a Caria, donde lo sustituye al frente del ejército Dercílidas. Éste, percibiendo que Tisafernes y Farnabazo no congenian entre ellos, pacta con el primero y ataca únicamente al segundo. Digresión sobre el gobierno de Mania en Eólide, y su asesinato por parte de su yerno, Midias. Las ciudades de la costa, Larisa, Hamáxito y Colonas, se entregan a Dercílidas. Cebrén acaba abriendo las puertas tras un corto asedio. Midias, desconfiando de la lealtad de sus propios ciudadanos, envía mensajeros a Dercílidas y pacta con él. Mas Dercílidas se aprovecha de su servicio, y le arrebata sus posesiones.
  • Dercílidas envía mensajeros a Farnabazo, y se forja una tregua durante el invierno. Dercílidas pasa a Bitinia, donde obtiene víveres del saqueo. Al comienzo de la primavera llega a Lámpsaco, y se encuentra con los enviados de su patria. Mantenido en el puesto y refrendada la tregua con Farnabazo, Dercílidas viaja hasta el Quersoneso, donde amuralla el istmo para proteger las ciudades griegas de los ataques tracios. De nuevo en Asia, marcha hacia la ciudad de Atarneo, tomada por unos desterrados de Quíos que vivían del saqueo de Jonia, y se hace con ella tras ocho meses de sitio. A continuación los éforos lacedemonios le dictan pasar a Caria, pues las ciudades jonias creen que Tisafernes las dejará libres si esta región es asolada. Se encuentra con los ejércitos de Farnabazo y Tisafernes, y aunque el primero desea luchar, Tisafernes no ha olvidado la derrota sufrida a manos de los griegos de Ciro, y envía delegados a Dercílidas, con lo que no se llega al combate. Mientras tanto, en el Peloponeso, los lacedemonios, enojados con los eleos por su antigua alianza con atenienses, argivos y mantineos, envían embajadores a Élide para exigirles la liberación de las ciudades vecinas. Ante su negativa, los éforos espartanos envían a Agis, que saquea la región, haciéndose con numerosos esclavos y provisiones. Después de que Lisipo quede al mando de una guarnición y saquee la región durante el año siguiente, los eleos consienten en derribar las murallas y entregar las ciudades.
  • El rey Agis, ya anciano, cae enfermo y muere. Es nombrado rey su hermano Agesilao, aunque Leotíquides decía ser hijo de Agis. Se descubre una conspiración contra la clase dirigente, los espartiatas, promovida por Cinadón, y es detenida a tiempo.
  • Herodas, un siracusano, avisa a los lacedemonios de que Tisafernes y el rey persa parecen estar preparando una flota. El rey Agesilao y Lisandro parten en una expedición, y al llegar a Éfeso reciben mensajeros de Tisafernes. La tregua es rota por el persa, que le declara la guerra al recibir refuerzos de su rey. Al no poseer caballería, Agesilao hace creer que marchará sobre Caria, pero da la vuelta y comienza a saquear Frigia, mientras da a conocer que cualquiera se librará del servicio militar si aporta un caballo, armas y un hombre apto, consiguiendo así de los ricos del lugar su unidad de caballería. Luego pasa un tiempo en Éfeso, entrenando al ejército, y finalmente marcha sobre Sardes. La caballería persa trata de frenarles en el río Pactolo, pero son vencidos. Después de tantos descalabros, el rey persa manda a Titraustes para ejecutar y sustituir a Tisafernes, haciendo tregua con Agesilao, que se retira a Frigia.
  • Titraustes envía al rodio Timócrates con sobornos para los griegos que pudieran situarse contra Lacedemonia, y éste encontró aliados en Tebas, Corinto y Argos. Los tebanos aprovechan las disputas entre locrios y focidios para que se declare la guerra contra Esparta. Tebas envía una embajada a Atenas, y se firma un tratado de alianza defensiva entre ambas. Lisandro, con el ejército focidio, no esperó al rey Pausanias y atacó Haliarto, donde fue muerto por los tebanos. Al llegar Pausanias y comprobar su falta de tropas, decide recoger los cadáveres de Lisandro y los suyos bajo tregua, para lo que los tebanos le exigen su retirada. Al llegar a su patria, Pausanias fue condenado a muerte; huyó a Tegea, donde moriría de enfermedad años más tarde.
Libro IV
Comprende los acontemientos de los años 395-388 aC. Sobresalen la continuación de la campaña de Agesilao, las batallas de Nemea, Cnido y Coronea, las operaciones en el Istmo y la intervención de Ifícrates, la invasión de Acarnania por aqueos y lacedemonios, el ataque lacedemonio a Argos, las campañas de Farnabazo, Conón, Trasibulo e Ifícrates por un lado, y por otro de Dercílidas, Antálcidas, Tibrón y Anaxibio.
  • Agesilao logra una alianza con Otis, líder en Paflagonia, y se hacen planes para una boda entre éste y la hija de Espitrídates. Agesilao pasa el invierno en Dascilio, donde algunos de sus soldados son sorprendidos por Farnabazo mientras tomaban víveres. Herípidas, uno de los treinta espartiatas que acompañaban a Agesilao, solicita liderar el ataque contra el campamento de Farnabazo. Logra su objetivo y toma los bienes. Mas Espitrídates y los paflagonios se sintieron ofendidos al serles arrebatadas sus capturas, y desertaron. Tiene lugar un encuentro amistoso entre Farnabazo y Agesilao, propiciado por Apolófanes, pero no se llega a un acuerdo (aunque Agesilao promete no enfrentarse a Farnabazo, si le es posible tomar otro enemigo).
  • Mientras tanto, en Lacedemonia comienzan los preparativos para enfrentarse a las ciudades alzadas contra su poder, y reclaman la presencia de Agesilao. Éste convence a los líderes aliados para que continúen ayudándole, prometiéndoles que luego regresará a Asia. El mando lacedemonio corre a cargo de Aristodemo, familiar de Pausanias, puesto que el hijo de éste era todavía un niño. Al avanzar hacia el norte, se encuentra con los corintios y sus aliados en Nemea, donde tiene lugar una importante batalla. A pesar de que la mayor parte de los aliados lacedemonios son superados por sus contrarios, un error de los tebanos provoca que los atenienses sean rodeados y vencidos por los espartanos, que pueden entonces sorprender a diferentes contingentes. Los aliados se refugian cerca de las murallas, y los lacedemonios elevan el trofeo.
  • Agesilao, avisado de la victoria por Dercílidas, marcha hacia Tesalia, donde es acosado por su caballería. Sin embargo, logra hacer que huyan y toma prisioneros. Le llegan noticias de que la flota de Pisandro ha sido derrotada cerca de Cnido, pero Agesilao informa únicamente de la muerte del navarca, anunciando una victoria. En la llanura de Coronea se enfrentan los lacedemonios contra los tebanos y sus aliados, resultando en una nueva victoria de Agesilao, quien resulta herido.
  • El ejército se licencia, y Agesilao regresa por mar a su patria. La guerra sigue adelante, y los corintios, al ver su tierra devastada, comienzan a pensar en la paz con los laconios. Entonces sus aliados traman una matanza, realizada en el ágora de un día festivo. Viendo su ciudad tomada por un gobierno argivo, un par de corintios deciden comunicar a la guarnición lacedemonia de Sición que podrán facilitar la entrada de tropas por la muralla que se extendía entre la ciudad y su puerto. De esta forma, y tras una dura lucha, los lacedemonios obtienen un paso hacia el norte. Ifícrates asola la región de Fliunte, y los de la ciudad solicitan la presencia de los lacedemonios. Los atenienses aprovechan para reconstruir los «muros largos» de Corinto; mas Agesilao, tras devastar el territorio argivo, los toma por tierra mientras su hermano Teleutias asedia los arsenales con doce trirremes.
  • Agesilao logra que se rindan algunas guarniciones de Corinto, pero la compañía de Amiclas sufre un descalabro, cayendo contra los peltastas de Ifícrates.
  • Los aqueos de Calidón solicitan ayuda a los lacedemonios contra los acarnanios, y los éforos envían a Agesilao. Éste avanza sobre Acarnania, devastando la región y venciendo cuando es acosado por sus enemigos. Al llegar el invierno se marcha, aunque los aqueos le recriminan que no haya tomado ninguna ciudad.
  • Al llegar el buen tiempo, Agesilao acude otra vez a Acarnania, y sus ciudadanos firmaron la paz con los aqueos y una alianza con los lacedemonios. Poco después, Agesípolis (el hijo de Pausanias) dirige una expedición contra Argos, devastando la región hasta alcanzar la ciudad.
  • Tras la batalla de Cnido, Conón y Farnabazo, al comprobar que las ciudades de Abido y Sesto seguían siendo aliadas de los lacedemonios gracias a Dercílidas, avanzan contra ellas. Conón bloquea el paso por mar y Farnabazo devasta el territorio abideno, aunque nada consiguen. Al año siguiente marchan con la flota para atacar las islas prolaconias, y Conón logra que Farnabazo le dé dinero para reconstruir los Muros Largos de Atenas y las murallas del Pireo. Los lacedemonios envían a Antálcidas ante Tiribazo, para que solicite la paz ante el rey persa (de tal forma que Farnabazo no pueda continuar apoyando a Atenas y el resto de sus enemigos), pero también los aliados envían embajadores. No se llega a un acuerdo, pero Tiribazo da dinero a Antálcidas secretamente, y detiene a Conón. Tibrón saquea el territorio persa teniendo como base Éfeso, pero Estrutas, enviado del rey, le sorprende en un avanza y logra darle muerte. Dífridas, más ordenado, es enviado para sustituir a Tibrón, y una nueva flota sale de Esparta al mando de Écdico, luego sustituido por Teleutias. Trasibulo es enviado por Atenas, y logra que algunas ciudades, como Bizancio, se pasen a su bando. También vence en Lesbos, y consigue botín y nuevos aliados. Sin embargo, al llegar a Aspendo sus soldados cometen diversos atropellos, y los aspendios le atacan de noche y lo decapitan. Los atenienses envían a Agirrio para sustituirle, y a Ifícrates para hacer frente a Anaxibio, enviado por los lacedemonios a Abido. Ambos se enfrentan primero mediante expediciones de piratas, mas finalmente Ifícrates logra emboscar al ejército lacedemonio, y Anaxibio resulta muerto.

Platón: Timeo

Una de las obras más complejas de la producción platónica, debido en este caso a la dificultad conceptual. Dificultad procedente del recurso mitológico o alegórico, así como de la ausencia de aclaración alguna de algunos conceptos sobre los que se sustenta la argumentación (lo que dejaría como audiencia de la obra a los conocedores de la filosofía platónica, o más concretamente a los miembros de la Academia). No han faltado trabajos que ayuden a su lectura, como un epítome de Aristóteles (según Simplicio), un comentario de Crántor (alumno de Jenócrates en la Academia), o un fragmento traducido por Cicerón.

El diálogo pertenece a la época de vejez, y al comenzar con citas de República se le ha considerado una continuación de esta obra. Habría sido escrito hacia el 360 aC, antes que Filebo y Leyes. Por las referencias de Critias de que todos los participantes del diálogo intervendrán en la conversación, puede decirse que la obra podría formar parte de una trilogía junto con Critias y Hermócrates, pero que Platón no concluyó al dejar inacabado el Critias.

Sus personajes son Sócrates, Timeo, Critias y Hermócrates, pero el principal es Timeo, con un largo discurso que comprende casi todo el diálogo. El propio personaje advierte de que no seguirá un orden lógico en su exposición, entrelazando temas y volviendo sobre cuestiones ya tratadas. De esta forma, Platón logra crear ese efecto de conversación improvisada, incluso en una exposición continua.

La finalidad del diálogo es explicar y describir la creación del mundo y del hombre, con el fin de encontrar un estado político acorde a su naturaleza. Busca explicar las relaciones entre el mundo (macrocosmos) y el ser humano (microcosmos), y trata de dar un fundamento natural a la ética y la política.

El diálogo posee una estructura tripartita, precedida de una introducción. Éste es el resumen, señalando los epígrafes de los manuscritos (del 17 al 92):

A. Diálogo introductorio (17-27c): Sócrates hace un resumen de la conversación mantenida el día anterior en lo que concierne al estado ideal, y expresa su deseo de oír una exposición que describa el funcionamiento de un estado semejante. Critias refiere una historia que Solón había escuchado en Egipto, mostrando cómo la Atenas primordial rechazó la invasión de los atlántidas. Finalmente se distribuyen las tareas para la futura conversación: Timeo disertará acerca del cosmos y el hombre, y Critias describirá la historia de la Atenas primordial.

B. Exposición de Timeo (27d-92c).

I. Las obras de la razón (27d-47d): El discurso de Timeo avanza de lo mayor a lo menor, de lo general a lo particular, y de la unidad a la multiplicidad.
  • 27d-31b - Introducción: Timeo aclara los principios del discurso acerca de la creación. Distingue tres ámbitos: el ser eterno, el devenir que nunca es (propio del mundo sensible), y la causa del devenir (el demiurgo inteligente). El universo es caracterizado como un ser viviente dotado de razón.
  • 31c-40 - Creación de los seres vivientes eternos: Creación del mundo con un cuerpo de cuatro elementos (fuego, aire, agua y tierra), esférico, que gira sobre sí mismo; su alma es mezcla de lo mismo y de lo otro, y se une al cuerpo desde el centro hasta los extremos. El demiurgo crea el tiempo para que el universo sea imagen móvil de la eternidad. Creación de los cuerpos celestes, desde los siete planetas contenidos en los círculos de lo otro, hasta la tierra. Para la genealogía de los dioses, Timeo se atiene a lo narrado por los poetas (aunque con ironía, al referirse a su infalibilidad como descendientes de dioses).
  • 41-47d - Creación del ser humano: Los dioses más jóvenes crean al hombre, siendo la razón lo único que es obra del demiurgo. Se crean las almas humanas con los restos de la sustancia que había servido para crear el alma del mundo, y el demiurgo les muestra las leyes del destino, que implican su transmigración según su conducta en la vida. Se explican las diferentes partes del cuerpo teleológicamente, con la cabeza como contenedor de la parte más divina del alma, la inteligencia. De la misma forma se explican la vista y el oído.
II. La contribución de la necesidad (47e-69a): El discurso avanza de la indeterminación a la determinación.
  • 47e-52c - Introducción: La descripción debe completarse con la causalidad de la necesidad, ya que el mundo es producto de la mezcla entre ésta y la inteligencia. Se introduce el principio del receptáculo, en el que se reflejan las ideas y que, en constante cambio, adopta las distintas formas del mundo ideal.
  • 52d-61b - Los elementos: Constituidos por triángulos que dan cuenta no sólo de la diferencia, sino también de la mutación de un elemento en otro.
  • 61c-68d - Las cualidades sensibles: Los objetos poseen unas cualidad sensibles, que son percibidas por todo el cuerpo (caliente-frío, duro-blando, pesado-liviano, áspero-suave, placentero-doloroso) o por órganos especiales (sabores, olores, sonidos, colores).
  • 68e-69a - Conclusión: Es necesario reconocer dos tipos de causas: lo necesario y lo divino.
III. La mezcla de inteligencia y necesidad (69b-92c): El discurso discurre de lo superior a lo inferior.
  • 69b-69c - Introducción: El dios introduce orden y proporción, comenzando por los elementos. Tras crear el mundo y los dioses, encarga a éstos la creación del hombre.
  • 69d-90d - El hombre: Los dioses crean las partes mortales del hombre, lo irascible (en el tórax) y lo concupiscible (en el vientre). Se describen las partes del cuerpo creadas por los dioses (vientre e intestinos, huesos y médula, carne, nervios y tendones, boca, piel y pelos, uñas, y sistema circulatorio). Digresión sobre las plantas. Se describen la relación entre circulación, respiración y alimentación, y también la alimentación y la sangre, y su significación para el crecimiento, el envejecimiento y la muerte. Esta exposición desemboca en un tratamiento de las diversas enfermedades que pueden atacar el cuerpo y el alma, y propuestas terapéuticas basadas en la relación correcta entre alma y cuerpo. El apartado termina con una loa al intelecto.
  • 90e-92c - El resto de animales: Se explica el mecanismo de las leyes del destino, que provoca que el mundo se llene de animales, dado que los hombres que no han sabido respetar el orden natural son condenados a reencarnarse en un animal inferior: mujer (!!!), pájaros, cuadrúpedos, reptiles y gusanos, peces y moluscos.

Jenofonte: Helénicas (I)

Obra histórica del ateniense Jenofonte, cuyo título, común en su época, se usaba en contraposición al de Pérsica o Índica, para indicar que se centraba en el mundo griego. Comúnmente se admite que Jenofonte pretende continuar y completar la obra histórica de Tucídides, quien en su Guerra del Peloponeso había llegado hasta el año 411 aC. Sin embargo, la unión entre ambas obras no es exacta, y al no existir una introducción que nos hable de su método o su propósito, nada puede asegurarse. Jenofonte llega en su descripción histórica hasta el 362 aC, cuando sucede la gloriosa defensa espartana de Agesilao.

Casi todos los estudiosos coinciden en separar una primera parte, que correspondería a la guerra del Peloponeso (I-II 3, 9) del resto de la obra. A esa parte se le asigna como fecha probable de composición el año 390 aC, tras la campaña de Ciro y la estancia con Agesilao en Asia Menor. Existen diferencias estilísticas en el resto de la obra (aparecen caracterizaciones de personajes, diálogos, juicios del autor en primera persona, sentencias, comparaciones y sobre todo la observación de la influencia de la divinidad en el correr de la historia), que bien pueden atribuirse a la influencia de Tucídides, bien a un intento imitativo por parte de Jenofonte, o bien simplemente al tiempo transcurrido entre la escritura de las obras. Para la segunda parte ha de pensarse en años posteriores al 381 aC (se habla de la muerte de Pausanias, ocurrida ese año), incluso muy posteriores (se trata como vivo al tirano Tisífono, que gobernó Feras entre 358 y 355 aC).

Hay unanimidad al señalar que la misma vida viajera de Jenofonte es la principal fuente de información de los hechos relatados en su obra: su estancia en Atenas para los acontecimientos de la primera parte y de los Treinta; su estancia con Agesilao para lo sucedido hasta la batalla de Coronea; su permanencia en Escilunta para recabar información del lado lacedemonio; su período en Corinto para asuntos de esta polis, de Sición y de Fliunte. Algunos incluso atribuyen a esta misma causa importantes omisiones: sólo se menciona de paso la batalla naval de Cnido o la creación de la segunda liga marítima ática.

A pesar de haber sido muy leído por los antiguos, los estudiosos modernos son bastante críticos, al observar su falta de alma de investigador y su parcialidad (que le lleva a silenciar hechos importantes), a pesar de presentar un material fiel. En cuanto a su estilo, las cualidades que se le niegan como historiador le son reconocidas como escritor, alabando su claridad, sencillez, viveza del relato y agradable fluidez, sin incurrir en los excesos retóricos de los historiadores de su época. Se admite que sus discursos son más reales y adaptados a los personajes que los pronuncian que los de Tucídides, se reconoce su sentido de la situación dramática y se enumeran algunos episodios que cautivan al lector.

A continuación presentamos el resumen de los dos primeros libros, que tratan el final de la Guerra del Peloponeso, y dejamos los cinco restantes para entradas posteriores (por una parte, los libros III-IV, y por otra los libros V-VII). Cada libro se separa en sus epígrafes correspondientes.

Libro I
Refiere los acontecimientos de la guerra del Peloponeso desde el año 411/410 al 406/405 aC, localizados principalmente en Asia Menor, con las intervenciones de Alcibíades, Farnabazo, Trasilo, Ciro, Lisandro y Calicrátidas, entre otros. Se cierra con la batalla naval de las islas Arginusas y el proceso de los estrategos en Atenas.
  • Fin del año 411/410 aC, y año 410/409 aC: Enfrentamientos navales en el Helesponto. Intervención de Alcibíades, que hace huir a los peloponesios, pero es encarcelado a traición por el sátrapa Tisafernes. Consigue escapar y organiza a los atenienses. Farnabazo reconstruye la flota peloponesia. Intervienen los estrategos siracusanos, que son desterrados por el partido democrático de su patria. Rebelión en Tasos, y expulsión de los prolaconios. El rey espartano Agis se aproxima a Atenas en una expedición de aprovisionamiento; Trasilo hace salir a los atenienses y, ante la retirada lacedemonia, consigue matar a algunos de su retaguardia. Agis decide que, para lograr el bloqueo del Pireo, lo mejor es enviar mensajeros a Bizancio.
  • Año 409/408 aC: Trasilo saquea la región de Pígela, en Asia Menor, y vence a los de Mileto. Luego saquea Lidia y zarpa hacia Éfeso, donde es vencido por los de la ciudad y sus aliados, traídos por Tisafernes. Huye a Lesbos, donde consigue vencer a la flota siracusana que había luchado en Éfeso. Los prisioneros, enviados a las canteras del Pireo, horadan una ruta de escape durante el invierno. Los atenienses fortifican Lámpsaco y atacan Abido, haciendo huir a Farnabazo.
  • Año 408/407 aC: Los atenienses sitian Calcedón. Sus habitantes habían entregado sus tesoros a sus vecinos, los tracios bitinios, y Alcibíades se hace con ellos. El harmoste lacedemonio de la ciudad, Hipócrates, sale para luchar, pero antes de que acudan las tropas de ayuda de Farnabazo resulta muerto, y sus tropas vuelven a la ciudad. Se llega a un acuerdo, y Calcedón paga su tributo a la liga ático-délica (que había abandonado el 411 aC). Alcibíades toma Selimbria. Mientras Farnabazo y diversos embajadores griegos acuden al rey persa, los atenienses sitiaban Bizancio. Cuando Clearco, el harmoste lacedemonio, marcha ante Farnabazo para reunir naves y recibir la paga de sus soldados, algunos bizantinos entregaron la ciudad a los atenienses, abriendo las puertas de noche.
  • Año 407/406 aC (I): Llegada de Ciro y retención de los embajadores atenienses. Alcibíades regresa a Atenas y, habiendo sido elegido estratego, es recibido con actitudes muy dispares por parte de los ciudadanos. Luego recluta un ejército y marcha contra Andros, donde se lleva la victoria.
  • Año 407/406 aC (II): Lisandro es enviado como navarco a Asia Menor y se encuentra con Ciro, llegando a un acuerdo sobre la intervención de las tropas. Tiene lugar la batalla de Notio entre las naves de Lisandro y las de Antíoco, dejado a cargo de la armada ateniense por Alcibíades. Los atenienses, luchando de forma dispersa, son vencidos. En Atenas se produce malestar contra Alcibíades, y se eligen nuevos estrategos. Alcibíades marcha al Quersoneso con una sola nave.
  • Año 406/405 aC (I): Los lacedemonios envían a Calicrátidas a Asia Menor, sustituyendo a Lisandro. Calicrátidas comienza a preparar las naves para enfrentarse a los atenienses, pero detecta las maquinaciones de los partidarios de Lisandro (dejadez en sus servicios y nombramiento de hombres inexpertos). Molesto con Ciro por aplazar el pago de sus soldados, marcha a Mileto, donde obtiene fondos. Se dirige a Metimna, en Lesbos, defendida por una guarnición ateniense, y la toma por la fuerza. Persigue luego a Conón, refugiado en Mitilene, y tras una batalla sitia el puerto de la ciudad. Conón consigue que dos naves burlen a los sitiadores y, aunque una es atrapada, la otra logra dar el aviso en Atenas. Se envía una flota de 110 naves atenienses, y más de 40 aliadas. Calicrátidas, enterado, deja en el sitio 50 naves, y parte con 120 a su encuentro. Tiene lugar una gran batalla en las islas Arginusas, venciendo los atenienses. Una tempestad evita que pueda ayudarse a las tripulaciones de las naves hundidas. Eteónico finaliza el asedio, y Conón se reúne con los atenienses.
  • Año 406/405 aC (II): En Atenas se destituye a todos los estrategos, salvo a Conón, y los seis que regresan a la ciudad son arrestados, acusados de no ayudar a los náufragos. Se les juzga, además, a todos juntos y con la votación separada por tribus, algo no contemplado en las leyes atenienses. Son condenados a muerte, y los seis presentes son ejecutados.

Libro II
Refiere los hechos ocurridos entre el 406 y el 401 aC: la derrota ateniense en Egospótamos, el bloqueo del Pireo, la rendición de Atenas, el gobierno de los Treinta, la muerte de Terámenes, la toma de File y del Pireo por Trasibulo y la caída de la oligarquía ateniense.
  • Años 406/405 aC (III) y 405/404 aC (I): Eteónico, que había marchado a Quíos, evita que sus soldados ataquen la ciudad ante la falta de víveres, y logra más dinero de los quiotas. Ante la petición de los aliados peloponesios, se envía a Lisandro al frente de la flota, y éste se dedica a reparar las naves y pedir dinero a Ciro. Se producen diversos ataques de ambas flotas a ciudades contrarias. Lisandro y Tórax, respectivamente con la flota y con un ejército de tierra, toman Lámpsaco. Los atenienses, con 180 naves, se sitúan en Egospótamos, frente a la ciudad. Lisandro evitó el enfrentamiento directo por cuatro días, pero al quinto atacó, en el momento en que los atenienses ya habían desembarcado para buscar víveres. Conón logra escapar con nueve naves atenienses, pero el resto fueron apresadas.
  • Año 405/404 aC (II): Lisandro acude entonces al Bósforo, y hace marchar a Atenas a todo ateniense con el que se cruce, sabiendo que la acumulación de gente agravaría la falta de víveres en el Ática. En Atenas comienzan los preparativos para soportar el asedio, mientras Lisandro logra pasar a su bando a todas las ciudades de Lesbos y Eteónico hace lo mismo en Tracia. Pausanias, rey lacedemonio, acampa junto a Atenas, y Lisandro ancla la flota en el Pireo, bloqueando el puerto. Aunque los atenienses no desean derribar sus muros, se ven obligados a aceptar las propuestas lacedemonias cuando se quedan sin trigo: derribarán los Muros Largos y el Pireo, entregarán las naves salvo doce, admitirán a los desterrados y seguirán a los lacedemonios en sus acciones.
  • Año 404-403 aC En Atenas se eligen treinta personas para compilar las leyes de gobierno, lo que convierte a la ciudad en una oligarquía. Lisandro toma la ciudad de Samos, y luego regresa a Lacedemonia con todo el botín y los honores recibidos. Por su parte, el gobierno de los Treinta comienza a mostrar una actuación poco digna, deteniendo a cualquier ciudadano que se les oponga. En esta oposición destaca Terámenes, quien había apoyado la oligarquía, y sus palabras provocan que los Treinta elijan a tres mil ciudadanos para participar en los asuntos políticos, y desarmen al resto. Sin embargo, Terámenes sigue oponiéndose a las condenas a muerte, y Critias lo acusa de traición en una de las reuniones del consejo. A pesar de su defensa, en la que alega que los traidores son los propios oligarcas, al realizar acciones que ponen en su contra a toda la población, Terámenes es apresado por una conspiración de Critias, que sitúa a hombres armados alrededor de los consejeros, y es obligado a tomar la cicuta.
  • Otoño del año 403 aC, aunque se habla de acontecimientos posteriores:: Los desterrados de Atenas, al mando de Trasibulo, toman la fortificada File, y logran rechazar un primer ataque ateniense. Luego, en una salida, logran abatir a buena parte de la guarnición laconia. Como posible refugio, los Treinta acuden a Eleusis y arrestan a los ciudadanos contrarios a su facción. Trasibulo y los desterrados llegan de noche al Pireo y son atacados por los hoplitas atenienses, que son rechazados y perseguidos hasta la llanura. Los Treinta son cesados (y huyen a Eleusis) y se elige a un gobierno de diez, uno por tribu. Sin embargo, la ciudad sigue alborotada y llena de desconfianza. Los Treinta envían embajadores a Esparta; parten Lisandro como jefe del ejército de tierra y su hermano Libis como navarco, con la intención de asediar de nuevo Atenas. El rey Pausanias, envidioso de la fama de Lisandro, acude también, y protagoniza algunas escaramuzas con los del Pireo. Al mismo tiempo, logra que tanto los del Pireo como los de la ciudad le envíen embajadores y firmen finalmente la paz.

Platón: Político

Alejado del estilo literario de otros diálogos de extraordinaria belleza, el Político contiene aspectos esenciales del método y pensamiento platónicos. Se expresan aquí no sólo la opinión de su autor sobre quién debe ser el gobernante de la ciudad, sino también las pautas metodológicas que permiten alcanzar su definición, incluyendo además reflexiones críticas sobre las mismas. La obra debió de formar parte de un proyecto más amplio, junto con el Sofista y otra obra nunca escrita, que se ocuparía del filósofo.

En cuanto a la estructuración de la obra, la metodología aplicada es en realidad un triple camino: una primera parte utiliza el método de la división o diairesis para definir al político (como ya se hizo en el Sofista); una segunda en la que se recurre a la exposición de un mito; y una última parte donde se propone un paradigma con el que comparar la actividad política.

Éste es el resumen del diálogo, señalando los epígrafes de los manuscritos (numerados del 257 al 311):

- 257-258a - Introducción. Este diálogo sería la continuación directa del Sofista, y sus personajes son inicialmente los mismos, aunque Teeteto, cansado por su intervención, es sustituido por un joven homónimo de Sócrates, que será quien responda a la investigación del Extranjero de Elea.

- 258b-268d - Primera parte: el método de la división o diairesis. Su propósito es caracterizar y distinguir la política de todas las demás actividades, para lo cual comienza dividiendo las ciencias en «prácticas» y «cognitivas», y luego continuando con sucesivas divisiones dicotómicas de las partes resultantes: tras identificar al político con la figura del rey, dentro de las ciencias cognitivas, divide éstas en función de si da órdenes («directiva») o se limita a juzgar («crítica»). La sucesión de divisiones finaliza con la conclusión de que hay que entregar al político y al rey las riendas de la ciudad, porque posee la ciencia necesaria para gobernar sobre los hombres. Pero otras personas también cuidan de los hombres (agricultores, médicos, etc), por lo que el Extranjero decide proseguir con la indagación. Este pobre resultado podría ser una autocrítica del método de la diairesis, que ya en la Antigüedad era ridiculizado sarcásticamente por las sorprendentes conclusiones que pueden alcanzarse.

- 268e-276 - Segunda parte: el mito de Cronos. En una nueva demostración de su capacidad para reelaborar materiales dispersos, Platón nos ofrece una recreación del mito de Atreo y Tiestes, vinculándolo con el reinado de Cronos en una alusión a la edad de oro descrita por Hesíodo y probablemente también a Erecteo, el primigenio rey de Atenas. El Extranjero relata así un mito cosmológico que explica que el movimiento originario del universo, un ser vivo dotado de inteligencia, era reversible. Cuando el demiurgo lo abandonaba volvía hacia atrás en sus rotaciones, provocando que las personas rejuvenecieran y resucitaran. Al preguntarle el joven Sócrates qué tipo de revolución había en la época de Cronos, el Extranjero distingue tres épocas diferentes, cuyo desarrollo «convendrá a la demostración del rey» que se persigue desde el inicio de la obra:
  • 271c-272d - Primera época: El reino de Cronos. Evocando la edad de oro hesiódica, el Extranjero explica que «todas las cosas se producían espontáneamente para los hombres». El dios, como un pastor, apacentaba a los hombres, que no necesitaban instituciones políticas.
  • 272e-273d - Segunda época: El cosmos abandonado por la divinidad. Aunque progresivamente se recuperó la calma tras la sacudida inicial, el cosmos olvidó las enseñanzas del demiurgo y degeneró hacia el desorden y la destrucción.
  • 273e-274d - Tercera época: El reino de Zeus y de los Olímpicos. El dios retoma el timón y consigue enderezar y ordenar al cosmos, haciéndolo inmortal y sin vejez. A los hombres, débiles y desprotegidos, les son entregados dones para la supervivencia, como el fuego y las técnicas. Se hicieron así responsables de su propia vida.
Esta exposición concluye con la observación del Extranjero de que el relato debe ser utilizado para definir al rey y al político: la actitud de Cronos en la primera época es la de un pastor que se limita a criar sus rebaños. Una actitud necesaria en la época en que las personas no se distinguen de los animales. Una vez la humanidad se aparta de éstos, en el marco de la nueva organización social de las ciudades, surge la necesidad de la figura del político.

- 277-311 - Tercera parte: la analogía del paradigma del tejido. Tras una reflexión crítica sobre el método usado hasta el momento, sobre todo por la rapidez y la excesiva pomposidad del mito que ha desembocado en una «exposición demasiado larga», el Extranjero propone utilizar un paradigma que le permita pasar, por medio de las semejanzas, de lo que se conoce a lo que no se conoce. Propone como analogía la técnica de tejer la lana, y la va sometiendo a sucesivas divisiones (de un modo más rápido que en la diairesis inicial), llegando a la conclusión de que es el entrelazamiento de la trama y de la urdimbre que produce un tejido. La conclusión vuelve a ser objeto de crítica por parte del Extranjero, puesto que, ¿por qué no han contestado directamente lo que es, en lugar de dar vueltas y crear definiciones? Se introduce entonces una reflexión sobre la técnica de la medida, que se ocupa de «la extensión y la brevedad, del exceso y del defecto», como un instrumento corrector de los tres métodos anteriores. Tras la digresión, se intenta trasladar al político el paradigma de la técnica de tejer. Se separan de la búsqueda a todos aquellos grupos que no pueden reclamar para sí la técnica de la política: los esclavos, los dedicados a transacciones e intercambios comerciales, los servidores (incluyendo adivinos y sacerdotes) y, por supuesto, los sofistas. Luego se analizan las diversas formas de gobierno, dividiéndolas por el número de individuos en el poder (uno, unos pocos, o muchos) y por la manera de gobernar (forzada o voluntaria). Sin embargo, el Extranjero no se muestra contento con ello, pues alega que resultaría más idóneo considerar la ciencia que debe poseerse para gobernar: sólo si gobierna quien posea la técnica y la ciencia de gobernar, la ciudad será administrada con justicia. Incluso sería capaz de dirigir al margen de las leyes, o escribir unas nuevas. Dado el improbable supuesto de que gobierne un entendido (pues para Platón la única sabiduría verdadera se halla en la divinidad), quienes accedan al poder deben aspirar a imitar lo mejor posible «la verdadera forma de gobierno».