Alceo

Alceo se nos aparece como orgulloso de su padre (de quien no conocemos el nombre) y de su clan. Entre sus hermanos mayores se cuenta Antiménidas, que luchó con los babilonios y con los lidios, en el segundo caso fallando en su intento de derrocar a Pítaco. Conocemos los nombres de sus amigos (algunos, bellos efebos) y de sus enemigos, así como su relación con Safo. Y todo ello, gracias a los fragmentos conservados de sus obras.

Intervino en la lucha contra los atenienses en Sigeo, en la Tróade (en algún momento entre el 607 y el 603 aC), e igual que hiciera el famoso y polémico Arquíloco, perdió el escudo pero salvó la vida (es decir, huyó).
Siendo su familia aliada de Pítaco, hubo una conjuración contra Mírsilo. Pero Pítaco le reveló el plan al tirano, por lo que Alceo hubo de refugiarse en Pirra (templo común a todos los lesbios), viviendo de forma rústica y añorando la vida política de Mitilene. Entre los fragmentos que atacan la instauración de un tirano, a veces es complicado saber si se refieren a Mírsilo o a Pítaco. Éste sucederá al primero tras su violenta muerte, en torno al 590 aC, y Alceo sufre su segundo destierro. Él y sus aliados pasarán a Sardes, donde ni el apoyo de los lidios les granjeará la victoria.
 Sus poemas maldecirán e insultarán al tirano, animarán a sus amigos o les exhortarán a la lucha, o simplemente solicitarán el fin de la lucha u olvidarán en el banquete la dureza de la vida. Atado a las viejas costumbres y a los valores heroicos, no pudo ver a un hombre del pueblo convirtiéndose en un reformador, desde el puesto que, tal vez, soñó con ocupar él mismo: habla de la ciudad, del pueblo, de la reconciliación; pero con el desengaño respecto a los valores nobles y aristocráticos, y el dolor por un pasado irrecuperable.

Alceo llegará a ser admirado e imitado por Horacio por lo directo y expresivo de su descripción del mundo humano: pasión, añoranza, muerte, tristeza... Es un luchador que se jacta de sus enemigos muertos, pero también un cantor del simposio y del eros. Ampliamente influido por Homero, tomó varios temas heroicos; todavía más fuertes son los influjos hesiódicos, aunque construye todo de forma más directa y expresiva. También toma elementos de Arquíloco: el cumplimiento de la voluntad de Zeus y la necesaria resignación, la nave alegórica del estado, el tema del perjurio y el abandono del escudo, las injurias al enemigo,... Tal vez la advertencia contra el tirano provenga de la de Estesícoro.
Es el inventor de la composición lírica 'a saltos', con himnos regulares y equilibradamente compuestos, y poemas personales violentos y caóticos. Algunas de sus obras se refieren seguramente a encargos de santuarios (Apolo, Eros, Atenea Itonia,...). El poeta se encuentra ya en el camino que convierte el himno en un pretexto para tocar temas propios; el mito, además, desempeña un papel ejemplarizante en poemas personales o en afirmaciones generales. Con temas tradicionales y experiencias de su vida, ha creado una poesía nueva, de frescura y vigor raras veces alcanzados.
Salvo los más estrictamente hímnicos o gnómicos (máximas explicitadas con el mito), es difícil clasificar su obra, al mezclarse himnos religiosos y temas míticos con los simposíacos, políticos, o eróticos, unidos con el tema de la lucha o con viejos recuerdos.

La Antigüedad conocía diez libros de Alceo; el primero de ellos de himnos. Del resto de la edición, nada sabemos, salvo que fue obra de Aristarco. A continuación, algunos fragmentos que creemos dignos de ser reproducidos. El primero es una muestra (leve) de la dificultad que conlleva la lectura de los autores del período arcaico.
Comparando a Helena y a Tetis:
... según es fama, por funestas (acciones tuyas les llegó) a Príamo y sus hijos, por tu culpa, (un fin) amargo ... a la sagrada Troya. No era semejante la virgen delicada que el Eácida, (invitando) a la boda a todos los felices, se llevó de (la casa) de Nereo, a la morada de Quirón; y desciñó ... el cinturón de la doncella. El amor ... de Peleo y la mejor de las Nereidas; y en un año dio a luz un niño, de los semidioses ..., feliz auriga de rubios corceles. Ellos, en tanto, perecían por Helena y su ciudad por ellos.
Sobre la ayuda de los lidios contra el tirano:
Zeus padre, los lidios doloridos por nuestros infortunios nos dieron dos mil estateras por si podíamos volver a la ciudad sagrada, nosotros que de ninguna ventura habíamos hasta entonces disfrutado ni aun tenido noticia. Pero él, como una zorra de mente astuta, con fáciles palabras creía que nos iba a pasar inadvertido.
Inicio de un poema simposíaco:
Eras amigo para invitarte a cabrito y lechón: ésa es la costumbre.
Comienzo de un himno a Hermes:
Salud, señor de Cilene: mi corazón me incita a celebrarte, a ti a quien en las mismas cimas engendró Maya uniéndose al Crónida, rey de todos los dioses.

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